sábado, 17 de octubre de 2009

El testimonio

Muchas veces nos encontramos con personas que se encuentran solas, tristes, afligidas y no sabemos cómo acompañarlas o hacerles sentir cariño, comprensión, o simplemente nos quedamos sin palabras ante sus problemas. En otras ocasiones vemos a nuestros amigos o seres queridos metidos en broncas que “ellos se causaron” como vicios o problemas económicos y nosotros no sabemos qué decirles porque estamos en situaciones parecidas.

Todo esto tiene que ver mucho con el testimonio. Seguro que hemos escuchado que en algún juicio alguien dio un testimonio, es decir, es testigo y testifica de lo que vio o escuchó y para que sea este un testimonio válido debe ser de primera mano, es decir, debe haber estado presente o haberse enterado de una fuente primaria (ver o escuchar directamente de quien dijo, hizo o escribió). Cuando hablamos de testimonio en la iglesia se hace un cierto sinónimo de dar ejemplo, de ser como Jesús: Hablar como Jesús, Pensar como Jesús, Vivir como Jesús.

Algunas veces amigos (as) míos se han sentido libres para contarme que sienten, que piensan, que les ocurre y me dan testimonio de sus situaciones difíciles (testimonio tipo testigo de juicio). Algunos otros amigos me han contado su testimonio respecto a un cambio de vida, a que ellos se encontraban en un estado de vida diferente al que tienen cuando me comentan, pasan de vivir en rencor, ira, lujuria, pereza, inconsciencia, etc., a vivir en amor, comprensión, respeto, dominio de sí mismos, etc. Por un encuentro con el Señor de una u otra forma.

Hoy en Altamirano se encuentran dando testimonio de lo que vieron y escucharon en su retiro de iniciación algunos jóvenes. Vieron a gente llorar fuertemente, o reír a carcajadas, caer de golpe al piso sin ocasionarse ningún daño, hablar alguna lengua antigua o idioma reciente que quizás nunca estudiaron y ni sabían de su existencia, etc. Ellos mismos quizás sintieron alguna manifestación del poder de Dios, algún frío u hormigueo por todo el cuerpo, o un calor que los consumía pero a la vez no les quemaba en dolor sino en amor. Es difícil explicar las manifestaciones de Dios por escrito pero pondré aquí palabras no mías, sino de Dios en la Biblia para que entiendan que es lo que estoy diciendo:

Hechos 2
1 Al llegar el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en un mismo lugar. 2 De repente vino del cielo un ruido como el de una ráfaga de viento impetuoso, que llenó toda la casa en la que se encontraban. 3 Se les aparecieron unas lenguas como de fuego que se repartieron y se posaron sobre cada uno de ellos; 4 quedaron todos llenos del Espíritu Santo y se pusieron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les concedía expresarse. 5 Había en Jerusalén hombres piadosos, que allí residían, venidos de todas las naciones que hay bajo el cielo. 6 Al producirse aquel ruido la gente se congregó y se llenó de estupor al oírles hablar cada uno en su propia lengua. 7 Estupefactos y admirados decían: «¿Es que no son galileos todos estos que están hablando? 8 Pues ¿cómo cada uno de nosotros les oímos en nuestra propia lengua nativa? 9 Partos, medos y elamitas; habitantes de Mesopotamia, Judea, Capadocia, el Ponto, Asia, 10 Frigia, Panfilia, Egipto, la parte de Libia fronteriza con Cirene, forasteros romanos, 11 judíos y prosélitos, cretenses y árabes, todos les oímos hablar en nuestra lengua las maravillas de Dios.» 12 Todos estaban estupefactos y perplejos y se decían unos a otros: «¿Qué significa esto?» 13 Otros en cambio decían riéndose: «¡Están llenos de mosto!» 14 Entonces Pedro, presentándose con los Once, levantó su voz y les dijo: «Judíos y habitantes todos de Jerusalén: Que os quede esto bien claro y prestad atención a mis palabras: 15 No están éstos borrachos, como vosotros suponéis, pues es la hora tercia del día, 16 sino que es lo que dijo el profeta: 17 = Sucederá = en los últimos días, dice Dios: = Derramaré mi Espíritu sobre toda carne, = y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros jóvenes verán visiones y vuestros ancianos soñarán sueños. = 18 = Y yo sobre mis siervos y sobre mis siervas derramaré mi Espíritu. = 19 = Haré prodigios = arriba = en el cielo = y señales abajo = en la tierra. = 20 = El sol se convertirá en tinieblas, y la luna en sangre, antes de que llegue el Día grande del Señor. = 21 = Y todo el que invoque el nombre del Señor se salvará. =

Pues bien, la escritura lo narra y eso hoy están contando testigos de primera mano, personas que han recibido a ese Espíritu que es el mismo Ayer, Hoy y Siempre.

Testimonio también es la forma en que vivimos; cuando nosotros somos personas amorosas, comprensivas, respetuosas, atentas, educadas, etc., damos testimonio de que tenemos al Señor en nuestra vida y los demás pueden comprender que realmente Dios está vivo, que existe y que se manifiesta a través de sus discípulos, de sus amigos personales, de nosotros. Tu puedes acompañar a un amigo(a) a una disco, beber con él (ella), salir de ahí y fumarse unos cigarros juntos, chiflarle a algún(a) joven que pasa y reírse juntos, es decir, hacer lo que el hace para que no se sienta solo o puedes decirle que no vas que estarás en casa y que si gusta pueden ver una película, jugar algún juego de mesa o salir a un parque a practicar algún deporte o cualquier cosa y aprovechar para conversar y saber que le preocupa a ese amigo. Cuando hacemos lo primero no somos diferentes a los que nos necesitan y por ello no buscarán las respuestas que necesitan en nuestras personas, sino en las personas diferentes; en cambio cuando somos esas personas diferentes, esa guía de respuestas o compañía que necesitan, cuando somos esos Jesús que acompañan al que sufre, al enfermo, al pobre, al pecador publico o al pecador privado, entonces damos testimonio de Jesús, testimonio de vida, somos diferentes, somos espejo de Dios, reflejamos su presencia en nuestra vida y los demás se pueden sentir amados por El y claro, por nosotros.

Testimonio es, para resumir, decir lo que hemos visto y oído, expresarlo con nuestras palabras y con nuestro silencio, con nuestra vida entera.

Mateo 3
18 Caminando por la ribera del mar de Galilea vio a dos hermanos, Simón, llamado Pedro, y su hermano Andrés, echando la red en el mar, pues eran pescadores, 19 y les dice: «Venid conmigo, y os haré pescadores de hombres.» 20 Y ellos al instante, dejando las redes, le siguieron.

domingo, 11 de octubre de 2009

Oasis Online


Sobre este blog


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Es un servicio digital del ministerio juvenil "El Oasis" que tiene sus reuniones de crecimiento y oración los sábados a las 4:00pm y sus asambleas de oración los viernes a las 5:30pm, ambas realizadas en el Santuario de Nuestro Señor de Esquipulas en Cd. Altamirano, Edo. de Guerrero.

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